Opinión: Lic. Cristian Wertmuller

Hoy no es el momento

13 abril, 2017 | Revista nº 11

Opinión: Lic. Cristian Wertmuller

Este post se lo quiero dedicar muy especialmente a todas aquellas personas que, en algún momento, tuvieron una buena idea innovadora y las ganas de llevarla a cabo; pero algo fallo en el camino y no se pudo concretar. Cuántos de ustedes tuvieron en algún momento una idea interesante pero se dieron cuenta que el mercado no estaba preparado para recibirla, y luego de varios años, con más experiencia y trayectoria laboral y/o profesional, ven el potencial de esa idea/proyecto que supieron tener, pero ya no cuentan con las ganas, las fuerzas o el tiempo para llevarlo adelante.

Hace unos días conocí un emprendedor que me contó su historia personal, por demás interesante, y es por eso que quiero compartirla con ustedes. Me cuenta que hace algo más de 15 años junto a un gran amigo, se plantearon diseñar y fabricar un sistema de reciclado de residuos domiciliarios. La idea surge motivada por -me cuenta- su madre, quien es una persona muy comprometida con el medio ambiente.

Estos jóvenes estudiantes de derecho, deciden avanzar en la fabricación de una máquina que permitiera procesar  y reciclar residuos domiciliarios, para transformarlos en compost. Recuerda: los recursos invertidos, el tiempo dedicado y sobre todo la energía puesta. “Éramos muy jóvenes y con ganas de hacer cosas que nos motivaran”, me decía mientras continuaba relatándome: “Soñábamos con tener nuestro emprendimiento, conseguir los recursos para tener nuestra empresa”, se notaba que todo lo que hacían era con mucha pasión (propia de la edad, tal vez, o de las ganas de generar algo nuevo).

En esa época, lograron entrar en algunos programas oficiales, que les permitió tener difusión y cierta presencia mediática, pero con el pasar del tiempo no lograban plasmar en un emprendimiento sustentable lo que tenían en el papel. “Avanzamos en la carrera, hasta que nos recibimos de abogados”. El proyecto fue quedando en un segundo plano: las urgencias del momento, iban desplazando esos ideales que tenían los dos jóvenes cuando pensaban en cómo iba a ser su empresa. “Si tuviera que definir porqué no continuamos, debería decirte que nos adelantamos en el tiempo…era un proyecto para hacerlo ahora, con más experiencia y otra manera de enfrentar la vida”. Su conclusión, me llevo a preguntarle, si consideraba que hoy (luego del tiempo trascurrido), podrían llevar a la práctica éste proyecto (creo que tendrían mercado para desarrollarlo ya que es un tema vigente y hay una necesidad de que desde nuestros hogares podamos contribuir con el medio ambiente). La respuesta fue “¡NO!, no tenemos la energía, hoy ambos tenemos responsabilidades familiares que nos exige estar con otras prioridades…” concluyó.

Más allá de la idea, que realmente es innovadora, me interesa analizar algo fundamental que puede ayudar al éxito de un proyecto, me refiero al “timing”. Es decir tener la idea en el momento adecuado. ¿Cuántas veces nos pasó, tener una idea y llevarla a cabo y fracasar porque no era el momento? Si pensamos al emprendedor como un jugador de fútbol, diríamos que entre otras cualidades, ¡debe ser un tiempista! Es decir, que no solo sirve una buena idea, sino que “hay que estar” en el momento adecuado.

Ahora bien: ¿Cuál sería el momento justo? Una de las cuestiones fundamentales es que el mercado esté preparado para recibir ésta innovación. Analizar el mercado potencial y hacerlo coincidir con las expectativas y las ganas de dedicarnos a eso de lleno, es fundamental. Sé que muchos pueden disentir en esta visión, pero cuando analizábamos proyectos para incubar, intentábamos que la innovación no sea tan radical como para que no cuente con el mercado potencial. Porque esto puede atentar contra la viabilidad del proyecto. Una idea muy innovadora, con poco mercado real (aunque pueda tener un mercado potencial importante), puede desmotivar al emprendedor, porque no logra los resultados y muchas veces queda en el camino.

Todos al momento de emprender, debemos conocer nuestras fortalezas y potencialidades. Es muy probable que, por más que tengamos una idea innovadora con fuerte potencial de desarrollo, no estemos transitando la etapa de nuestras vidas que nos ayuden a concretarlas (o obviamente el mercado no esté preparado para recibirla, que sería otra la discusión). La realidad de todos nosotros cambia con el tiempo, con el contexto en que vivimos, y eso es muy determinante en las posibilidades de llevar a cabo un proyecto (que puede terminar cegando nuestras vidas).

Desde los programas de formación de emprendedores, se debería invertir en asistencia profesional en temáticas que le permitan a los emprendedores conocer sus potencialidades para poder desarrollarlas. Generar un “ambiente emprendedor”, ayudaría seguramente a que, quien pretenda emprender, se encuentre con programas de asistencia profesional, contención institucional, etc. que les permitan “dar a luz” su proyecto, pero por sobre todo, tener la continuidad para atravesar las primeras etapas que son cruciales en la vida de todo emprendimiento que pretenda permanecer en el mercado.

¿Ustedes que opinan?

www.cambioemprendedor.com.ar
 

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