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Yo emprendedor…?? Nooo!!

5 junio, 2014 | Revista nº 4

Columna de opinión por el Lic. Cristian Wertmuller

Esta frase creo haberla escuchado antes… cuantas veces quienes trabajamos con emprendedores escuchamos este tipo de frases?? Recuerdo, sin ir más lejos, que hace aproximadamente un año, en una reunión de parejas amigas, una de las mujeres que se encontraban presente cuando salió la conversación sobre estos temas, planteaba fervientemente “yo no soy emprendedora, prefiero ser empleada…”.

Hasta ahí es algo normal que uno no se considere emprendedor y prefiera la relación de dependencia, pero se notaba cuando hablábamos, que era un tema que le despertaba curiosidad. Preguntaba, observaba y hasta hacía algunas acotaciones. Es una persona que no está ajena familiarmente a estos temas, ya que viene de un entorno emprendedor, porque su padre siempre hizo actividades privadas nunca en relación de dependencia. Aunque la conversación seguía en esos términos, esta mujer, joven, ama de casa con hijos chicos, cada tanto (cuando se le preguntaba algo) volvía a reafirmar sus dichos originales, sobre no creerse una emprendedora!

En el grupo se habló mucho de experiencias emprendedoras de alguno de ellos, otros planteaban los problemas que habían tenido a la hora de emprender, o estaban quienes contaban los logros y satisfacciones de haber hecho algo que realmente les apasionaba.

Al rato de estar charlando, esta chica que miraba con atención, comenzó con algunas preguntas ¿y cómo lo hiciste?… ¿Dónde fuiste para que te apoyen? etc., etc., etc. Se notaba que si bien el tema (aparentemente por lo que había dicho) no era algo que estaba dentro de sus posibilidades a futuro, le despertaba curiosidad. En un momento, y no recuerdo ahora porqué fue, salió el tema sobre qué les gustaría hacer a cada uno, si tuvieran que dejar de hacer lo que hacen? Cuando le tocó a ella, cuenta que había algo que le gustaba, y era tener algo vinculado a la vestimenta deportiva femenina, ya que tenía buen gusto para vestir y le encantaba el gimnasio. Decía había un nicho aparente, en el segmento de mujeres que practican deporte y de una clase social media y media alta, que buscan productos de buena calidad, y de diseño. Me gustó lo que comentó y le pregunté si nunca pensó hacer algo propio en ese rubro. A lo que me contesto, que sí que realmente era algo que le gustaba, pero que no tenía la disponibilidad de tiempo para hacerlo y no creía que ella podía hacerlo (la crianza de sus hijos y el sostén de la casa, le demandaba mucho tiempo). Recuerdo que varios le dijimos que no deje de probar de hacer algo por cuenta propia, que se haga del tiempo y que comience a meterse en el tema. Obviamente contaba con todo el apoyo de su marido, quien también afirmaba que tenía un potencial y que tal vez no lo explotaba porque en realidad debía confiar más en ella.

El tiempo pasó, y luego de algunos meses me enteré que ésta chica se había asociado con una profesora del gimnasio y habían comenzado en su casa a estampar calzas, remeras y demás productos que luego eran vendidos por Internet (usando cómo un canal el mismo gimnasio). Gracias a la tecnología pudo suplir el problema del tiempo, y sobre todo la inversión inicial. Hoy tiene una red de clientas no solo en su localidad, sino envía al interior sus productos y catálogos.

Cuantas personas no ven su potencial, porque no creen en sus posibilidades??, es un tema recurrente, porque hay veces que la principal barrera que tiene una persona para realizar un proyecto o un sueño, son ellos mismos!!, él “yo no puedo” muchas veces juega en contra en todo esto.

Creo que los emprendedores deben hacer un FODA cada uno (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas), para detectar sobre todo dónde son fuertes y dónde son débiles. Una vez listada esas características, buscar complementos con otras personas o recursos que puedan transformar esa aparente debilidad en una fortaleza.

Esta mujer sin darse cuenta, y con un fuerte apoyo de su entorno, detectó que una de sus debilidades (la falta de tiempo) y la suplió asociándose y compartiendo con su socia y usando la tecnología cómo canal de venta. Además seguramente juntó ánimo y fuerzas para avanzar con un sueño postergado, rompiendo su propia barrera. En el vocabulario de un emprendedor no debe existir la palabra, “no puedo”….

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